CIUDADES GLOBALES ÉTICAS Y SOSTENIBLES
viviendo en ciudades complejas y sostenibles
Las ciudades son el principal entorno de la vida humana y la tendencia va en claro crecimiento. Las ciudades son sistemas complejos que no paran de evolucionar socialmente y, en algunos casos, también multi-dimensionalmente. En ellas se aglutinan la mayor parte de la vida política, económica, laboral, cultural, turística y educativa de los países.
La vida en las ciudades está condicionada por varias “condiciones de contorno” como son el espacio y el tiempo, pero también por condiciones ambientales, el entorno rural y por nuestro propio cuerpo. Armonizar la vida en las ciudades en lo ambiental y lo social es pues una de las cuestiones éticas más importantes a las que se enfrenta la humanidad. El ODS 11 está profundamente conectado con todos los demás ODS de forma compleja y muy variable dependiendo de la ciudad. El desarrollo sostenible y la ética tienen que encontrarse para diseñar las ciudades evolutivas del futuro que son necesariamente globales en todos los continentes.
Estas ciudades necesitan de principios constitutivos. Actualmente se habla de principios protectores (derechos digitales), pero igualmente importante son los principios accionables que conllevan garantías y transformaciones. Además, las ciudades necesitan constantemente principios proyectores que generen horizontes para los ciudadanos y los tomadores de decisiones. Estos principios son especialmente importantes en ciudades en países y regiones en desarrollo ya que carecen de marcos comunes de principios que guíen la implementación de los ODS y las agendas de desarrollo, podemos ver cada ciudad del mundo desde las lentes de cada ODS.
Una visión ética de las ciudades apoyada por este análisis nos permite definir diversas líneas de acción y sentar las bases para diseñar el futuro. Una visión ética también nos lleva a entender las ciudades en su completitud, desde la escala global interconectada con el resto del mundo a la escala más humana. Los principios son la potencia de la acción, el juicio y la decisión. En la era digital, podemos articular los siguientes principios que deben guiar el diseño de políticas y creación de infraestructura digital en las ciudades.
Los principios protectores son seguridad que incluye seguridad de toda nuestra información y datos, privacidad para usar nuestros datos sin una invasión personal, confiabilidad de los sistemas que usen nuestros datos, rendición de cuentas sobre cómo se trabaja con nuestros datos para que sea trazable, transparencia en el uso de los datos y los sistemas que los usen, accesibilidad de cualquier información que sea útil y que respeto los principios anteriores, legalidad para que el uso de datos sea compatible con las instituciones, integridad de la información y los sistemas computacionales para que no sean corrompibles. Participación de los ciudadanos en los sistemas que analizan y usan información y datos de diversas maneras. Finalmente, la no discriminación de cualquier colectivo debe ser articuladora en todas sus formas.
Los principios accionables requieren de procesos proactivos y de garantías para saber que se cumplen y son generalmente obviados. La alfabetización digital de los ciudadanos es clave para validar qué usos de la tecnología digital son éticos. La inclusión implica que además de reducir brechas, todos los grupos son adecuadamente representados y considerados. La sostenibilidad del propio desarrollo digital sea biocompatible con el planeta y la humanidad. El impacto también debe ser articulador para decidir qué usos y de qué forma se puede implementar. La democratización entendida como oportunidades de negocio y de inteligencia social colaborativa. Además de democratización y alfabetización es necesaria también la capacitación de entidades públicas. La robustez de la tecnología implica crear estructuras adecuadas como ha sido el caso de Internet. Finalmente, la eliminación de sesgos de la tecnología es clave, así como el uso responsable de cualquier tecnología siempre desde un criterio holístico.
Además, los criterios proyectores nos ayudan a mantener las ciudades como entes dinámicos, que evolucionan y se filtran, a este respecto los ODS son totalmente fundamentales y constitutivos. Las ciudades globales necesitan multiculturalidad apropiadamente articulada en el sustrato urbano combinando bien los espacios físicos. Las ciudades tienen que estar formadas por ciudadanos con autonomía para progresivamente eliminar las desigualdades. La sostenibilidad socio-ambiental y socio-económica es la base para crear ciudadanos con autonomía y armonizar las complejidades de las relaciones humanas. Complementariamente a la sostenibilidad, las ciudades deben ser resilientes para garantizar todos los otros principios éticos frente a cualquier evento y crisis. Las ciudades globales también deben ser internacionales en cuanto a compartir principios, modelos, sistemas y prácticas.
Finalmente, las ciudades, más que inteligentes deben tener sensibilidad y sensitividad para detectar desigualdades, sesgos, brechas, crisis y cualquier otro reto que enfrente los principios éticos de las ciudades. Con este conjunto de principios es posible incorporar infraestructuras y tecnología en las ciudades para que sean globales y que estén apropiadamente conectadas con su entorno local y con otras ciudades globales